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El ahorro energético es, aun si cabe, más importante en estos momentos en los que el precio de la energía ha sufrido una fuerte subida, afectando al bolsillo de multitud de familias y empresas, y para conseguirlo, existen diferentes recursos como es el aislamiento térmico, una solución eficaz y que se amortiza en un plazo muy corto de tiempo, ya que permite reducir desde el primer día la dependencia de sistemas de aire acondicionado y calefacción.

 

El ahorro energético se convierte en una prioridad para las familias

En los últimos años, la fuerte subida del precio de la energía ha hecho que millones de hogares se hayan visto obligados a ajustarse el cinturón, así como a buscar alternativas que permitan llegar a final de mes sin acabar en números rojos.

De las muy diferentes soluciones que se están afrontando desde estos senos familiares, una de las más rentables y que mejores resultados está aportando en materia de ahorro energético es el aislamiento térmico, ya que se trata de uno de los recursos con mejor relación inversión/resultados de cuantos tenemos a nuestra disposición, logrando una reducción muy sustancial en la dependencia de los sistemas de climatización como pueden ser los aparatos de aire acondicionado durante los meses de calor y muy especialmente los sistemas de calefacción en los meses de frío.

 

Las ventajas de invertir en aislamiento térmico para el ahorro energético

Invertir en aislamiento térmico es una decisión que ofrece muchas ventajas entre las que destacamos:

  • La inversión se amortiza en un plazo de tiempo muy corto, ya que desde el primer día se reduce el consumo de energía de manera muy sustancial.
  • Un buen aislamiento térmico garantiza un mayor confort en el interior de la vivienda, ya que las temperaturas se mantienen más estables sin tener que mantener conectados los aparatos de climatización.
  • También es una forma interesante de mejorar la salud de toda la familia, reduciendo el riesgo de enfermedades asociadas a los cambios de estación.
  • Se reduce la formación de moho, hongos y de microorganismos perjudiciales para la salud.
  • Otra ventaja es la mayor protección frente a las humedades que se desarrollan a partir de la condensación.
  • Los materiales utilizados en la actualidad para aislar térmicamente viviendas, tienen una vida útil superior a la de las propias viviendas, por lo que no requieren de mantenimiento ni control por nuestra parte.
  • Al reducir la factura eléctrica, de gas, pellets, leña o gasóleo, también estaremos pagando menos impuestos.
  • Y no debemos olvidar que estaremos invirtiendo en sostenibilidad, y es que el aislamiento térmico no sólo implica ahorro energético, sino también el disfrutar de un menor impacto medioambiental con una sustancial reducción en la emisión de gases nocivos como es el caso del CO2, a la vez que mejoramos nuestro confort.
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